VILLENEUVE, Denis (dir.). Arrival. Estados Unidos: Film Nation Entertainment/Lava Bear Films/21 Laps Entertainment, 2016.

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El largometraje del canadiense Denis Villeneuve se une a la larga lista de obras que exploran, en mayor o menor medida, la relación de la humanidad con el tiempo. Arrival se aleja del discurso científico para explicar la naturaleza del tiempo y lo coloca al final de la cadena de significado que se entreteje conforme la trama progresa. La premisa del filme presenta a la Dra. Louise Banks (Amy Adams), una lingüista convocada por el Coronel Weber (Forest Whitaker) del ejército estadounidense para comunicarse con los seres a bordo de una nave en Montana, una de las doce que flotan a unos metros de la superficie terrestre en distintos puntos del planeta, la Dra. Louise Banks interactúa con dos heptápodos: seres muy similares a moluscos cefalópodos como los calamares o los pulpos. La meta es muy clara: averiguar cuál es su propósito en el planeta. Luego de un inicio accidentado en el que la comunicación hablada no funciona, porque, para empezar, la fisionomía humana y la heptápoda no permite articular los mismos sonidos, la Dra. Banks logra comunicarse con ellos por medio de la escritura.

El sistema de los heptápodos es no lineal, lo que les permite comunicar ideas por demás complejas en figuras circulares que se asemejan mucho a las ilustraciones del test Rorschach (elemento presente también en Watchmen, otra de las obras que explora el tiempo). Aquí es donde es probable que el tratamiento de la lingüística sea controversial. La película presenta la teoría Sapir-Whorf que estipula, a grandes rasgos, que nuestra visión del mundo está condicionada, en mayor o menor medida, por la lengua que hablamos y que, por lo tanto, aprender una segunda lengua altera esa perspectiva. En la trama, esto potencia la idea de pluralidad que se anuncia hacia el final del filme. En él, la lingüística sirve como un elemento de caracterización para validar otro de los ejes temáticos: la memoria. Una de las ideas más contundentes en Arrival es que, así como la memoria, la lengua trasciende las barreras del tiempo. Es justo gracias a la escritura de los heptápodos que la Dra. Banks logra desengranar la linealidad de la perspectiva humana del tiempo y abraza, con todas sus consecuencias, una nueva conciencia del mismo.

Aquí es pertinente recuperar la idea del nóvum como eje estructurante de las obras de ciencia ficción. Es el elemento que pone en movimiento la trama, conecta todos los componentes de la obra y gobierna, en cierta medida, el desarrollo de la red de ejes temáticos. En este sentido, la película entreteje la lengua, el tiempo y la memoria dentro de una historia de primer contacto. Lo interesante es que se aleja de la amenaza que supondrían los heptápodos (en particular, por la relevancia histórica del colonialismo, algo a lo que se alude en la película) y se acerca más a lo que la otredad muestra de nosotros mismos. Así pues, hay dos ideas que permean toda la película, que podríamos oponer en un par binario: invasión y pluralidad. Podrán parecer contradictorias, pero la película se deshace de manera consciente de la jerarquía de la primera al unirla con la segunda. En este sentido, la labor traductora de la Dra. Banks la coloca como una embajadora de una humanidad insegura y vulnerada por la presencia de los heptápodos, que amenazan su propia idea de individualidad, cultura y civilización.

La llegada de las doce naves provoca en principio un trabajo de cooperación internacional entre varios países, que se ven obligados a colaborar para abordar el problema. Esta reunión está motivada más por el miedo que por la solidaridad, lo cual deja muy claro que las violentas reacciones suscitadas en todo el mundo parten del temor a que se pierda la estabilidad. Tarde o temprano, la incapacidad de comunicarse con los heptápodos revela el sesgo que ya existía en la interacción humana. Como suele suceder con las obras ciencia ficcionales de primer contacto, la interpretación incompleta del mensaje de los otros revela los conflictos internos de la humanidad. Así como la lengua se construye por medio de un sistema de diferencias, la comunicación se hace posible por medio del contacto con el otro. ¿Qué es traducir sino tender puentes que nos permitan comunicarnos?  ¿Para qué alejarse de los heptápodos si no es para acercarse a los humanos? ¿No es la otredad acaso un espejo que nos devuelve una imagen de nuestra propia especie? Es una imagen trastocada, claro, y despojada de la perspectiva de nosotros mismos que antecedió al contacto con el otro. La crudeza de ello radica en la articulación emocional entre la lengua y el tiempo a través de la memoria. Arrival revela que el entendimiento y el dominio cabal del idioma heptápodo provoca un cambio de perspectiva del tiempo, donde la mente permite vivir simultáneamente distintos momentos de nuestra vida y repetirlos. Ese momento es igualmente conmovedor y desolador. Entonces el inicio de la película resuena con mayor sentido: la memoria es algo extraño. Después de que los heptápodos se van, Louise ya no está tan segura de creer en principios y finales. Y yo tampoco.

Gonzalo del Águila