CARRABINE, Eamonn. Crime, Culture and the Media. Cambridge: Polity Press, 2013.

¿Cómo se representa el crimen en los diferentes medios de comunicación hoy en día? ¿Son estas representaciones acertadas? ¿Acaso los medios pueden conformar y transformar nuestra postura ante el crimen? En Crime, Culture and the Media, Eamonn Carrabine efectúa un análisis interdisciplinario de las relaciones existentes entre el crimen, la cultura y los medios en los que son representados. Para realizar este análisis, el autor divide su campo de estudio en tres apartados diferentes —audiencias, tipos de representaciones e industrias— ; esto con el fin de acercarse a las complejidades internas de cada ámbito. Incuso con esta división, Carrabine recuerda al lector que las conexiones que él establece son artificiales, puesto que en la vida real dichos elementos convergen de manera dinámica y compleja. 

   Si bien las historias de transgresión han sido centrales para los orígenes imaginarios de las sociedades… ¿Cómo construyen o reconstruyen nuestra realidad actualmente? ¿Cómo interactúan con nosotros? Responder a estas preguntas es reconocer que las formas de representación han ido evolucionando hasta convertirse en lo que son hoy en día. Asimismo, a lo largo de las páginas de este libro comprendemos que hablar de crimen en los medios es lidiar con la imposibilidad de definir realidades y formas de conocer el mundo. Si bien Carrabine realiza su acercamiento enfocándose en las manifestaciones mediáticas de Reino Unido, nunca olvida que este es un campo difícil de explicar, puesto que ni dos individuos ni dos culturas son iguales. Por otro lado, resulta imposible aplicar un juicio de valor unificador a través del tiempo. Del mismo modo, el autor nos invita a observar con detenimiento el mundo que nos rodea para así reflexionar sobre la manera en que los medios buscan manipularlos en ciertas ocasiones: ¿cómo es que lo excepcional, catastrófico y único del crimen se convierte en lo domesticado, explotado y sensacionalizado? ¿cómo es que el mal se traduce en historias dignas de ser contadas?

María Fernanda Aceves Córdova