Aunque a lo largo del siglo XX se ha desarrollado bajo la alargada sombra de J.R.R. Tolkien y su famosa trilogía, El señor de los anillos, la fantasía es uno de los géneros populares más heterogéneos y cambiantes. De fronteras difusas, que a veces se confunden con el horror o la ciencia-ficción, la fantasía ha ido asumiendo, en las últimas décadas, un peso cultural muy notable, debido en gran parte al impacto comercial tanto de determinadas sagas como de sus adaptaciones cinematográficas o televisivas, lo que ha ampliado el público potencial del género y lo ha situado en el imaginario popular.
A menudo acusada de abusar de fórmulas y clichés –el héroe intachable, el sabio consejero, la lucha contra un antagonista que encarna el Mal, etc.- la fantasía se presenta, no obstante, como un territorio rico y, en ocasiones, contradictorio. Mientras muchas de las narrativas fantásticas se modelan sobre unas convenciones más o menos férreas, son multitud las obras que las tensionan y juegan en las fronteras del género, cuestionando tanto paradigmas narrativos –abandonando el modelo de narración lineal para cultivar narraciones simultáneas o incluso ofrecer meta-narracciones- como temáticos –abandonando ideas centrales como el heroísmo y/o poniendo en duda las nociones de Bien y Mal cuyo enfrentamiento agonístico articula muchos de los relatos de fantasía.
Igualmente, el impulso escapista que se atribuye al género desde tiempos inmemoriales, haciéndolo pasar por una modalidad literaria poco política o simplemente nostálgica y conservadora, no ha dejado de ser cuestionado por relatos que reflexionan agudamente sobre las relaciones de poder entre distintos estamentos, el carácter construido y maleable del género y la sexualidad, o que directamente articulan, valiéndose de la ficción, un proyecto potencialmente revolucionario.
En suma, la fantasía tiene un rostro muy distinto según qué textos tomemos como referencia; si bien es imposible hacer una cartografía exhaustiva del género, se pretende aportar aquí las herramientas y materiales necesarios para poder aproximarse a este extenso y diverso territorio que es la fantasía contemporánea.
Isabel Clúa Ginés